jueves, 22 de julio de 2010

Y no pasó nada


Andaba el pueblo excitado esta tarde. Desde mi padre hasta mis compañeros de trabajo. Hoy tocaba hablar del Tour. De ciclismo, recurso poco habitual en mis conversaciones, la verdad. La cima del Tourmalet esperaba ansiosa la llegada de los valientes ciclistas. El Tourmalet, un montaña mítica, que curiosamente en la etapa del martes ya se subió. Hoy, en cambio, se subía por donde se bajó el martes. Ni lo entiendo, ni lo quiero entender. Cosas del ciclismo.
En fin, que después de más de cinco horas de etapa, 5 horas y 3 minutos para ser exactos, todo está como estaba. Es decir, Contador vestido de amarillo y el pobre Shleck por detrás. Cruel este deporte en el que puedes perder un Tour porque se te salga la cadena de la bici, como si tuvieras cinco años.

Supongo que ahora llega el momento de la contrarreloj. El sábado se decide el Tour y todo el mundo volverá a estar tenso. Normal, el domingo acaba así que lo que pase el sábado es decisivo. No tiene tanta gracia . Lo cierto es que lo de hoy no ha estado tan mal. Los favoritos han esperado hasta el final para atacar y lo han hecho sin piedad, ridiculizando a sus rivales. Unos iban en moto y los otros en triciclo. Las miraditas de Schleck a Contador no han estado mal tampoco. Pero al final, el de Pinto ha hecho un poco de teatro y después de no responder a ninguna de esas miradas, le ha dejado ganar para escenificar la paz tras el incidente de la cadena. Cosa que no apruebo. Que le deje ganar digo, porque que uno no pare cuando al otro se le sale la cadena es normal. ¿Acaso Alonso se pararía si Hamilton pincha una rueda? Repito, cosas del ciclismo.

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