lunes, 5 de julio de 2010

El hombre blanco



Villa, Klose, Müller, Sneijder, Forlán, Luis Suárez... Estamos en semifinales del Mundial y son muchas las estrellas que le vienen a la cabeza al aficionado al fútbol. Y al que no lo es. El gol es un recurso habitual a la hora de escoger a la estrella del campeonato. Y seguro que la FIFA lo entiende igual. El que marque en la final tiene todos los números de ser escogido "el mejor".

Pero el fútbol se puede ver desde muchos puntos de vista, afortunadamente. Y seguimos quedando algunos románticos a los que nos gusta fijarnos en algo más. Basta un vistazo rápido a la prensa, española y extranjera [no hace falta ser adivino para saber lo que te encontrarás], para leer una y otra vez el nombre de David Villa. Y bien que se lo tiene merecido el "pichichi" del Mundial. Cinco goles, casi todos decisivos, son méritos más que suficientes. Nadie lo discute. Yo tampoco.

Pero el último gol del "Guaje" -perdonen la intromisión pero es cómico ver que muchos "culés" se atribuyen los méritos de Villa en Suráfrica como propios cuando no ha defendido ni un solo milisegundo la elástica "sagrada" azulgrana, como sin un seguidor del City hiciera lo mismo con Touré, no me lo imagina-, en fin, volvamos al asunto, al gol de Villa ante Paraguay. Un gol histórico que coloca a España en semifinales por primera vez. Curiosamente, los seguidores de fifa.com, que escogen al MVP del choque, no se fijaron en el delantero de Tuilla. Lo hicieron en un pequeño sujeto, nacido en Fuentealbilla, y más blanco que una pantalla de cine. Un genio único que no siempre se lleva los méritos que debería, aunque siempre responde. Un jugador que se merece un monumento.

Andrés Iniesta Luján, amén.

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