lunes, 12 de julio de 2010

Un buen control es medio gol


Campeones del mundo. ¡Qué bien suena! España es campeona del mundo. Algo que, sinceramente, creía que no iba a vivir nunca. Televisiones, radios y periódicos ya han informado y hablado de todo lo que ha rodeado a la final. Hemos visto imágenes de alegría alrededor del mundo, hemos visto a Camacho, digno heredero de la España más profunda, celebrar el gol y gritar al cielo, desde lo más profundo de su corazón, "Iniesta de mi vida", qué grande es Camacho, y, cómo no, hemos visto el beso del siglo. Rabia transformada en amor. Quizás el único minuto en la vida de Iker Casillas en el que me ha caído bien.
Pero un pequeño detalle de la jugada parece haber pasado por alto a los "súper" analistas. Iniesta, jugador sublime donde los haya, la más exquista técnica hecha futbolista, recibe un pase perfecto de Cesc y lo controla mal. Tan mal, que el balón se eleva unos buenos palmos y el hombre blanco debe esperar a que bote y vuelva a alcanzar una altura adecuada para impactarla con toda su alma, como ya hiciera en Stamford Bridge -admito que entonces chillé más que ayer-. Un mal control le facilitó el chute. Una paradoja más del fútbol. Un buen control NO es siempre medio gol. No lo fue en el día más importante del fútbol español. Y por eso damos gracias.
Aunque siempre está la otra teoría. La que dice que Iniesta, el mejor jugador del mundial diga lo que diga la FIFA, que cada día se parece más a una actuación Faemino y Cansado que a un organismo serio, hizo ese control queriendo, para elevar la pelota y poder chutar más fuerte. No seré yo el que vaya a contradecir a nadie. Iniesta merece un monumento. Se dijo desde aquí hace unos días y lo repetimos ahora. Un monumento para el de Fuentelabilla. Nadie más que él lo merece.


PD

De cara al próximo derbi en Cornellà, espero, aunque no confío, que la afición del Espanyol, obsesionada con el odio al Barça, haga una pausa en su furia para homenajear a Andrés Iniesta. Su recuerdo a Jarque lo merece. Y su carácter, también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario